Foto de pixabay.com
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El dinamismo con que se lleva la vida y las nuevas tecnologías, originan que hacer prosperar un negocio y mantenerlo en el tiempo sea una tarea que requiere más que un capital y un espíritu emprendedor. La verdad es que al emprender un negocio propio, por muy pequeño que este sea, amerita una planificación estratégica capaz de prever todos los escenarios posibles que puedan acontecer.

Las grandes empresas saben el valor de la organización y la planificación constante, pero en el caso de las pequeñas empresas parece no ser siempre así, por lo que en este artículo te enseñaremos los errores más comunes que comenten los nuevos empresarios de pequeñas compañías al momento de poner en marcha su idea, para que no tropieces con lo mismo.

1.- No tener experiencia.

A menudo vemos a contadores montando salones de belleza, abogados iniciando su agencia de publicidad, educadores haciendo de jefe de recursos humanos… La idea de comenzar un negocio nuevo requiere de experiencia o, al menos, preparación en el área en la que se desenvuelva. Cuando los jefes de las compañías no tienen idea del campo donde pretenden hacer que funcione su idea de negocio, el fracaso se hace inminente.

Las malas decisiones o una falta de autoridad por desconocimiento profesional o del oficio en el cual esté basado nuestra organización, es un punto de quiebre importante en el que muchas pequeñas empresas incurren habitualmente.

2.- Poco capital.

Aunque se tengan todas las ganas puestas en una idea de negocio que se vislumbra alentadora y generadora de ingresos, hay que remitirse a las pruebas. No siempre, los negocios que prosperaron tuvieron un buen inicio, pero gracias a una buena proyección y un soporte económico que les permitiera enfrentar episodios negativos, fue que lograron seguir adelante.

Mucho de los desaciertos de las pequeñas empresas se debe a un bajo o nulo capital que les permita invertir para obtener ganancias o para superar crisis.

3.- Inventarios incorrectos.

Para Degerencia.com, la carencia de información relevante y oportuna, lleva a la empresa a acumular insumos y productos finales, o artículos de reventa en una cantidad y proporción superior a la necesaria. Este punto se relaciona también muy directamente con los altos niveles de desperdicios y despilfarros”.

El problema, en este caso, es falta de coherencia entre lo que se requiere y la economía real. Muchas personas que son empresarias de pequeñas compañías no se detienen a pensar cuánto necesitan para tener un stock que responda la demanda sin descapitalizarse.

4.- Exceso de activos fijos innecesarios.

La idea de ofrecer un ambiente amigable, cómodo y atractivo tiene que ver con el ego del empresario, pero si esto es innecesario terminará por desajustar la vida financiera de la compañía, llevándola a la quiebra. ¡Sé precavido! Piensa que antes de gastar lo que no se garantiza tener nuevamente, es mejor no arriesgarse.

Fuente: http://www.degerencia.com